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El administrador de ciudadela es más que un cobrador de alícuota.
Los ingresos de las urbanizaciones se basan en el pago de las alícuotas que los residentes realizan. Ese rubro cubre el pago de la seguridad, que puede representar el 60 o 70 % del total del cobro de las expensas. Otros costos que cubren son los sueldos al personal de servicio, los de oficina, los de mantenimiento. El manejo de ese flujo lo debe realizar el administrador teniendo en cuenta un margen de morosidad que a veces puede llegar hasta el 30 %.
Un trabajo que se complementa con velar que la urbanización sea segura, que todo ahí dentro permanezca en orden y que los residentes estén tranquilos y contentos. Algo que se resume también en que se paguen las alícuotas dentro de los plazos definidos.
Administradores de urbanizaciones de Ciudad Celeste, La Joya y Villa Club explican algunos tips que les han servido para mantener el orden y tratar de hacer un buen trabajo en las ciudadelas.
Para Modesto Palomino, de La Dorada, de Ciudad Celeste, lo primordial es tener un registro de lo que tiene la urbanización. “Usted no puede trabajar a ciegas, debe registrar qué hay para evitar adquirir cosas que de pronto estén guardadas”. Añade que se debe hacer, además, un presupuesto en el que se anota todo lo que se gasta mensual. Y verificar las facturas para evitar pagos extras o sobreprecios.
La gestión de cobranza es otro aspecto fundamental para no tener cifras en rojo. Así lo indica Fabricio Idiarte, administrador de Ámbar, de La Joya.
“Se deben implementar todos los medios posibles para hacer los cobros”, dice. Circulares generales para los residentes, llamadas telefónicas y correos electrónicos personalizados son las vías utilizadas. Además de implementar varios sistemas de pago aparte del que se hace en la oficina.
Así como en Arcadia y Laguna Club, de vía a la costa, en Ámbar también se cobran las expensas con tarjeta de crédito. Otras opciones como las transferencias bancarias, depósitos y el buzón nocturno, una herramienta para quienes no alcancen a ir en horarios de oficina, han sido una manera de estimular los pagos y evitar pretextos de tiempo y horarios, explica el administrador.